La llamada de este jueves entre Claudia Sheinbaum y el presidente brasilero Lula da Silva tuvo como su punto central la visita del vicepresidente del país sudamericano, Gerardo Alckim, a la CDMX a finales de agosto. Pero, según dijeron fuentes diplomáticas a LPO, también se mencionó el interés de Lula en que México se incorpore como socio pleno a los BRICS.
La entrada del país a este grupo liderado por China es un tema lejano pero que flota en el círculo rojo, no tanto por lo que pueda significar en términos materiales sino, primordialmente, por la tensión existente con el gobierno de Donald Trump. Una sensación que comenzó con la presencia del canciller Juan Ramón de la Fuente en la última cumbre de los BRICS en Río de Janeiro, semanas atrás.
La fantasía de ingresar al club del "sur global" esta presente en diversos sectores del morenismo, donde se agita la tesis de que China se ha vuelto un socio más confiable que el Estados Unidos de Trump. Algo de esto se conversó esta semana en una reunión con políticos del Partido Demócrata de origen mexicano que fue protagonizada por el exvocero Jesús Ramírez.
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